El tiempo pasa lentamente y cada año las bisagras de la puerta del hotel chirrían en un parsimonioso quejido cada vez más agudo. Lento y penetrante. Del mismo modo afecta el tiempo a nosotros mismos. Los ideales de juventud desaparecen, anulados. Consumidos por la máquina devoradora de carne. La carne tierna y fresca es su preferida. Creemos que todo será igual, pero no. Las cosas cambian. Y mientras el tiempo pasa con su ritmo incansable, envejecemos. Y lo peor está por venir. Lo peor es ver como la vida deja de tratarte como a un niño. Cuando sacan la vara de medir y alguien dice "A'mos a ver, hasta dónde has llegado tu". Momento fatal. Puede ser que surga aquí el desprecio o la envidia. Depende de la relación de tu marca con la suya. Ese tio tan querido por nosotros en la infancia. Nuestro primo, compañero de juegos y travesuras veraniegas. Ahora ya no somos niños. Somos lo que ganamos y lo que trabajamos. Muchos dirán, falso. Eres un mentiroso. No. Pura verdad. Alguno habrá que nos quiera de verdad. Que nos aprecie por lo que somos, decimos y hacemos cada día. Amigos. Los de verdad claro. Novias y esposas. Las que valgan la pena, eso si. Madres, padres y hermanos. No todos, eso depende. Para el resto solo cifras en una nómina y desempeño de funciones en un entorno laboral.
El tiempo pasa y odio que me de la razón. Viejos amigos se encuentran. Qué tardes de verano, que cabrones estábamos hechos, menudas juergas y tomaduras de pelo a profesores de baja estofa. No. A qué te dedicas. Cuánto ganas. Qué "eres". Qué soy, dice. Un ser humano nada más.
El tiempo pasa y se acabó la juventud. Los años de bendita ignorancia. De radicalismos, de destrucción, de locura. Llega el momento en el que ves que te están atando. Maniatando de pies y manos para ser un engranaje más en la máquina. El culto a la máquina. Imposible de escapar. Físicamente al menos. Esclavos por mucho que nos empeñemos en negarlo. Muchos estarán de acuerdo en este punto. Otros inexplicablemente dirán lo siguiente: "Es el sistema menos malo" o algo peor: "Las normas están hechas para cumplirse". Qué ratonil y que servil. Y así estamos. Atrapados en el bucle nos guste o no nos guste.
El tiempo pasa...
El Biblioburro
Hace 12 años