Como Comisario General del Movimiento a Don Pedro Careno Tajos le llegó la hora de ponerse en pié ante los presentes en la sala, no sin antes recoger bien el dobladillo del pantalón, arrugar la frente y chascar la lengua con el paladar, para dar su bien aprendido discurso. No es mi intención recoger aquí sus palabras de forma íntegra pues daría para folios, folios y más folios. Nos ceñiremos a lo básico. En definitiva a lo que al día siguiente de ser pronunciado apareció en negrita o subrayado en todos los periódicos. Eso sí, en función de la tendencia de los mismos se resaltó de una forma o de otra. Nosotros evitaremos esa jugosa tentación y nos limitaremos a ser meros transmisores para que los lectores, avezados unos apoliyados otros, juzguen como crean conveniente.
“¿Qué es la Derecha? ¿Y la izquierda? Yo se lo voy a decir a ustedes. Las Derechas, como les gusta decir a muchos, y las Izquierdas, mucho más variopintas, son ni más ni menos que un conjunto de señores mejor o peor avenidos que dicen de sí mismos que son efectivamente de Izquierdas o de Derechas. Afirman categóricamente que siguen en su vida una serie de principios establecidos para mejor gobierno de la cosa pública y utilizo este término para no confundir y mezclar en esto a los republicanos. El problema entre unos y otros es que confunden eso de la cosa pública con la suya, la mía la de aquel, la de su primo y de la madre que los parió a todos. Yo os digo que el hombre que se proclama de uno o de otros no es más burro no porque no entrene, que lo hace, sino porque no se lo han permitido. Y es que con estas gentes es casi tan peligroso pasarse de listo como de tonto. Y con esto quiero decir que llega un momento en el que no se puede razonar con ellos. Momentos en que sus duras cabezas huecas se vuelven puro hormigón y ni con una radial dialéctica se podría llegar algún tipo de conclusión razonable, más todavía cuando lo razonable es un estado desconocido para ellos a no ser que responda a sus razones…”
“ Estos seres canijos en su humanidad, acobardados en su espíritu, apocopados en su intelecto y sobretodo podridos en lo más profundo y superficial de su corazón manejan nuestros destinos en función de hipótesis fácilmente refutables y establecidas con poco o ningún rigor. Tienen una forma muy curiosa de afrontar los problemas. Para ello utilizan una fórmula matemática en la que se pone en relación la popularidad, el número de votos en juego, la posibilidad de enriquecer a algún amigo o familiar y el riesgo de que salga mal. Tras la evaluación del riesgo ponen en marcha su tremenda máquina burocrática y empieza la solución. Ni se paran a pensar en el gasto. ¡Cómo ha de ser! Pues lo pagamos nosotros. Su único afán es ese. Este proceso es válido para los dos tipos de especímenes, y es que en asuntos de poder, las Derechas y las Izquierda se diluyen. Se confunden. Son ya solo un ente único. Un monstruo bicéfalo. Una criatura infernal puesta en nuestra tierra únicamente para darnos por el…”
“… os de puta. Eso es lo que son. Fabrican y producen sus leyes que salen de sus Instituciones como anillos para los puercos dueños y señores del poder y a la vez como collares con espinas para doblegar al pueblo. Esa gran falacia de que el pueblo gobierna ha de ser la primera en ser demolida. Pero no, camaradas, no me confundáis con aquel besugo de Bakunin ni con ese terrorista de Don Carlos por utilizar viejos términos de fraternidad. No dejéis que su propaganda os nuble la vista, enturbie vuestra mente, aturda vuestros corazones y cale en lo profundo de vuestro ser. Nuestro Movimiento no entiende de política, ni de Izquierdas ni de Derechas. Entiende de personas, de seres humanos, de ciudadanos con sus derechos y sus obligaciones, entiende en definitiva de Justicia Social, Eso, amigos compañeros es lo que esos canallas nos han quitado. La Justicia…”
“No me callaran, por mucho que se empeñen. Por muchos sobornos que intenten, por muchas campañas de desprestigio que lancen, extorsiones, amenazas y palizas. Tendrán que matarme. Pero de poco les servirá pues quedáis todos vosotros. Se que mis palabras vivirán en vuestra memoria y sobretodo en la tuya mi querido compañero de lucha Telesforo Camiaque. No tenemos ningún medio de comunicación a nuestro favor, peor para esos mecenas de lo infame, lo atroz y lo falso y mejor para nosotros. No tenemos representación en sus órganos de la Gobernación, peor para esos sátrapas, tunantes, ladrones y bárbaros herederos de las peores costumbres fenicias y mejor para nosotros. No tenemos formación política, ni libro de estilo, ni manual del militante, ni himno, ni bandera, ni logotipo. Pero tenemos lo mejor: la verdad de nuestro lado, la fortaleza en nuestro pecho, el poder de la razón y la idea de un nuevo amanecer, de una nueva sociedad. ¡Seguidme, seguidme todos juntos hacia la nueva Victoria! Venceremos y desbancaremos a esos cerdos, hijos de sus madres de oficios innobles…”
“¿Qué es la Derecha? ¿Y la izquierda? Yo se lo voy a decir a ustedes. Las Derechas, como les gusta decir a muchos, y las Izquierdas, mucho más variopintas, son ni más ni menos que un conjunto de señores mejor o peor avenidos que dicen de sí mismos que son efectivamente de Izquierdas o de Derechas. Afirman categóricamente que siguen en su vida una serie de principios establecidos para mejor gobierno de la cosa pública y utilizo este término para no confundir y mezclar en esto a los republicanos. El problema entre unos y otros es que confunden eso de la cosa pública con la suya, la mía la de aquel, la de su primo y de la madre que los parió a todos. Yo os digo que el hombre que se proclama de uno o de otros no es más burro no porque no entrene, que lo hace, sino porque no se lo han permitido. Y es que con estas gentes es casi tan peligroso pasarse de listo como de tonto. Y con esto quiero decir que llega un momento en el que no se puede razonar con ellos. Momentos en que sus duras cabezas huecas se vuelven puro hormigón y ni con una radial dialéctica se podría llegar algún tipo de conclusión razonable, más todavía cuando lo razonable es un estado desconocido para ellos a no ser que responda a sus razones…”
“ Estos seres canijos en su humanidad, acobardados en su espíritu, apocopados en su intelecto y sobretodo podridos en lo más profundo y superficial de su corazón manejan nuestros destinos en función de hipótesis fácilmente refutables y establecidas con poco o ningún rigor. Tienen una forma muy curiosa de afrontar los problemas. Para ello utilizan una fórmula matemática en la que se pone en relación la popularidad, el número de votos en juego, la posibilidad de enriquecer a algún amigo o familiar y el riesgo de que salga mal. Tras la evaluación del riesgo ponen en marcha su tremenda máquina burocrática y empieza la solución. Ni se paran a pensar en el gasto. ¡Cómo ha de ser! Pues lo pagamos nosotros. Su único afán es ese. Este proceso es válido para los dos tipos de especímenes, y es que en asuntos de poder, las Derechas y las Izquierda se diluyen. Se confunden. Son ya solo un ente único. Un monstruo bicéfalo. Una criatura infernal puesta en nuestra tierra únicamente para darnos por el…”
“… os de puta. Eso es lo que son. Fabrican y producen sus leyes que salen de sus Instituciones como anillos para los puercos dueños y señores del poder y a la vez como collares con espinas para doblegar al pueblo. Esa gran falacia de que el pueblo gobierna ha de ser la primera en ser demolida. Pero no, camaradas, no me confundáis con aquel besugo de Bakunin ni con ese terrorista de Don Carlos por utilizar viejos términos de fraternidad. No dejéis que su propaganda os nuble la vista, enturbie vuestra mente, aturda vuestros corazones y cale en lo profundo de vuestro ser. Nuestro Movimiento no entiende de política, ni de Izquierdas ni de Derechas. Entiende de personas, de seres humanos, de ciudadanos con sus derechos y sus obligaciones, entiende en definitiva de Justicia Social, Eso, amigos compañeros es lo que esos canallas nos han quitado. La Justicia…”
“No me callaran, por mucho que se empeñen. Por muchos sobornos que intenten, por muchas campañas de desprestigio que lancen, extorsiones, amenazas y palizas. Tendrán que matarme. Pero de poco les servirá pues quedáis todos vosotros. Se que mis palabras vivirán en vuestra memoria y sobretodo en la tuya mi querido compañero de lucha Telesforo Camiaque. No tenemos ningún medio de comunicación a nuestro favor, peor para esos mecenas de lo infame, lo atroz y lo falso y mejor para nosotros. No tenemos representación en sus órganos de la Gobernación, peor para esos sátrapas, tunantes, ladrones y bárbaros herederos de las peores costumbres fenicias y mejor para nosotros. No tenemos formación política, ni libro de estilo, ni manual del militante, ni himno, ni bandera, ni logotipo. Pero tenemos lo mejor: la verdad de nuestro lado, la fortaleza en nuestro pecho, el poder de la razón y la idea de un nuevo amanecer, de una nueva sociedad. ¡Seguidme, seguidme todos juntos hacia la nueva Victoria! Venceremos y desbancaremos a esos cerdos, hijos de sus madres de oficios innobles…”