Podría estar durante horas rellenando espacios en blanco con innumerables argumentos sopesados, elocuentes y de grueso calibre acerca de porqué me gusta Pink Floyd. Podría escribir cientos de posts abundando en los infinitos detalles y matices que este grupo atesora en su discografía. En sus letras y paisajes sonoros que me han hecho soñar con el espacio, con el cosmos y con la cruda realidad humana. Pero también es cierto que para el halago y los agasajos hay cientos de sitios en internet, por lo tanto pasaremos sin más dilación a repartir candela, que en el fondo es lo que me entretiene. Que diablos.
La vida moderna ha jodido tanto la música que ya nada es lo que fue. Han convertido algo hermoso en producto de mercachifle y en alimento de zafios borregos incapaces de distinguir una morsa de una mosca. Les dan gato por liebre y ellos tan contentos. Tanto es así, que una de las bellas artes (mierda, en realidad todas) se han convertido en una industria. Y algo industrial apesta a prefabricado y orientado al consumo masivo con el fin de obtener la mayor cantidad de beneficio posible. Igual que con el nuevo concepto de amistad creado gracias al diabólico feisbuk, la cantidad prima sobre la calidad.
Hablar con gente de música es perder el tiempo. No entienden y aducen que acerca de gustos no hay nada escrito y no se qué historias de piruletas de colores. El gusto musical está absolutamente corrompido por una legión de diabólicos productores (gente por lo general sorda) y por sus infames pregoneros, que obligan a gente cortica de entendederas a escuchar y a "consumir " lo que les dicen. Mucha gente opina que esto no es así. Que cada uno escucha lo que quiere porque en un estado democrático todos somos muy libres de hacer lo que nos venga en gana, y por eso mismo pues yo digo que y un carajo. Falso. A la gente le gusta ser cool y hablan con gran pasión de las mierdas que escuchan. A mi me parece bien, pero han de saber que están engañados. Alguien se lo tiene que decir. A todos esos alternativos que se pasean con sus ipods meneando sus cabezas huecas al ritmo que les marca el Phil Spector de turno.
Por no hablar del politono. Semejante mamarrachada en la que la gente picotea como gallinas en el corral. Aplauden como morsas cada vez que hay una novedad musical. "Guau, y tenemos lo último de una panda de anormales con un sonido fresco, limpio, que está arrasando en todo el mundo" Reunión apopléjica de tópicos para gañanes y gente sin espíritu crítico en general. Recalco mi posición de que me la suda. Pero me jode entrar en cualquier sitio y tener que escuchar la monserga de turno, que la encuentro hasta en mi sopa de pollo con fideos. Cojones. Los que tenemos oídos para algo también tenemos derechos. Si algo no te gusta, puedes cerrar los ojos y no verlo. Pero los oídos es más complicado. Te jodes y te lo fumas. Eso no me parece justo. Así que voy a ser un imbécil de tomo y lomo y proclamaré mi derecho a no escuchar bazofias musicales nada más poner un pie en la calle. Representantes del Gobierno, panda de vagos, haced algo por esta humilde súplica de una minoría que reclama su derecho al silencio.
No quiero extenderme más en este punto pero tampoco dejaré pasar por alto la oportunidad de varear como es debido a una panda de irlandeses borrachos que se hacen llamar U2. Menuda bazofia la que venden al personal. Qué engañados los tienen. El señorito Bono, desde su tribuna de forrado de pasta a base de excrementos musicales, creyéndose con el derecho a dar lecciones de moral y de ética. Tuve la mala suerte de escuchar el otro día una canción de su nuevo disco y no pude menos que sentir vergüenza ajena. Podría decir que sería mejor que se retirasen a tiempo antes de seguir haciendo el ridículo, pero creo que sería mejor que nunca hubieran grabado un disco. Total, para lo que han hecho. No hay nada que merezca la pena. Dicho todo desde el respeto, eso si. Creo que con este ejemplo se verá de forma más clara lo que en esencia quiero decir. Allá cada uno con sus oídos. De todos modos cualquier sibarita sabe que lo bueno es para el disfrute de una minoría selecta, así, que prosiga el baile mientras yo apago la luz, enciendo la pipa y suenan las primeras notas del Barquero del Volga...
El Biblioburro
Hace 12 años
3 comentarios:
El barquero del volga siempre me recuerda a mi hermano pequeño tocando su horrible flauta.
Yo ya sólo escucho a The Tarados.
Y a Fórmula V.
En la fiesta de Blaaas, en la fiesta de Blaaas... Todo el mundo salía con unas cuantas copas de maaaaaás... Es como estar despiertoooo... doooos veceees....
Amen hermano. Muy bien dicho. Ante todo las cosas claras, y si, a mi tambien me mola pink floyd, su echoes te puede hacer despegar del suelo durante 16 minutos. Lástima lo de su teclista.
Saludos de un ex-BaconFive. DanyBoy
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