A mi también me gustaría arrebullarme en un sillón rojo, bien acolchado, cómodo y tener un vasito de agua al alcance de mi mano sobre una mesa de cristal. Yo también haría arquivoltas filológicas y paseillos del lenguaje. Jugaría a los malabarismos con diversos vocablos, retorciendo el significado de cada palabra, regodeándome en mi verbosidad. Hablaría de esto y de aquello y de nada en particular. Daría respuestas vagas y elogiaría la labor de mis compañeros, delegando autoridad en cualquier otro siempre y cuando me conviniese. Donde dije digo digo Diego y todos tan contentos, porque a mi no pueden pretender juzgarme por algo que a todas luces fue una mal interpretación por parte de algún desaprensivo.
Todos hemos oído cosas y visto otras tantas, por tanto espero que entienda que no haga referencia explícita a ninguna de ellas. No es mi intención vaciar de contenido mi intervención, pero de alguna manera hay que llenar el tiempo y todo el mundo entenderá que mis palabras son tan válidas como las de cualquier otro. Pues no es más sabio el que calla ni más tonto el que no dice nada a las claras. Es con esta premisa con la que me justifico y por la se deberán de juzgar mis palabras mañana por la mañana. Pero desde luego no por mis actos pues es todo un proceso largo y complejo que no se puede evaluar de forma precipitada. Ese es el juego democrático y las reglas con las que jugamos y que todos, yo el primero, debemos respetar. Con esto solo estoy pidiendo una oportunidad. Apelo a la buena fe y a la buena voluntad de la gente pues tengo el firme convencimiento que cada cual es muy capaz de formarse una opinión más o menos veraz de la realidad de las cosas.
Realidad que no es otra que esta misma que estoy expresando con este discurso. Es importante que la gente entienda que estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para ayudar a todo el mundo. Deben de saber que nadie va a estar solo ni desamparado. Pero entienda que es una situación muy compleja y que pasar a la acción llevará tiempo, aunque le avanzo que lo vamos a hacer y vamos a salir de esta incómoda situación. No tenga ni la más mínima duda de ello. Ni usted ni nadie. No se trata de levantar cortinas de humo. No. Vamos a salir adelante y pronto, les auguro que veremos la luz del túnel. Unos dicen que era mentira, pero es falso. Los datos son los que son y son puramente objetivos. Otra cosa es que se hagan previsiones erróneas, pero bueno, todos somos humanos. Pero sepan ustedes, que a pesar de todas las adversidades que ahora tenemos que afrontar, no vacilen ni un solo segundo, y sepan que tienen todo mi cariño y comprensión. Eso si, las cosas son las que son y yo no puedo ser más papista que el Papa.
Esto es a grandes rasgos lo que se escuchó en la entrevista de ayer por la noche en televisión y a hora de máxima audiencia a nuestro querido presidente del gobierno. Hablar sin decir nada y delegar en todo sin mojarse lo más mínimo. Y es que estamos en período de elecciones y echarse al agua con lo fría que está es una misión suicida. Bendita democracia nuestra donde un señor que ostenta el poder me hizo perder 30 minutos de mi valioso tiempo con la esperanza de ver algo interesante. Nada de nada. Ingenuo de mi. Lo reconozco, la culpa fue mía por encender la televisión. Admito mi error, pero una vez cometido el pecado he sentido la necesidad de redimirme. O mejor, de resarcirme. Así que hablo y hablo pero yo no digo nada. Chitón.
El Biblioburro
Hace 12 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario