domingo, 25 de enero de 2009

SECTARISM III: RIGHT AND WRONG, LEFT AND THEFT

Es cosa bien conocida por todos, y si alguien no lo sabe se lo explico, que si algo tienen en común la derecha y la izquierda (hablamos de política, una vez más) es que todos sus partidarios se pueden definir de la misma manera: tontos de remate. Aquel que abiertamente se declara de unos o de otros, o se dedica a la política y se gana la vida con ella o es un pobre diablo al que le han tomado el pelo. Así son las cosas, no las he inventado yo. La izquierda se considera progresista y concienciada con la realidad social y la derecha liberal, garante de las libertades individuales. Si nada de lo que ellos defienden es una realidad en la España en la que vivimos es que, o bien se han hecho las cosas rematadamente mal, o es la prueba definitiva de que son unos mentirosos y unos sinvergüenzas de tomo y lomo. Y nosotros tontos por creerles.

Yo entiendo perfectamente a la clase política. Al fin y al cabo solo hacen su trabajo y tratan de ganarse la vida, aunque sea de una forma tan deshonrosa. Lo que me resulta más difícil es entender a la masa que se deja llevar por las corrientes ideológicas, sectarismos, mandamientos, prohibiciones, pecados capitales, y dogmatismos monolíticos que cada partido defiende. Aquellos que piensan que la solución a los problemas solo puede llegar de los que están en el poder o de los que pugnan por llegar a el. Si un Gobierno consigue dar solución de manera efectiva a todos los problemas que dice poder resolver, automáticamente desaparecerá por innecesario, y eso es algo que no les interesa. Nadie mata a la gallina de los huevos de oro.

Por tanto, me inclino a pensar que no hay que acabar con la izquierda ni con la derecha. El centro, sea eso lo que sea, tampoco es solución. Hay que acabar con la política. O al menos con la política que se autodenomina democrática, no siéndolo, y legítima, vaya usted a saber con que fundamento. Basta de pensar que es el menos malo de los sistemas. Basta de falsas igualdades. ¿Que voto vale más: el de un pederasta, el de un asesino, el de un cocainómano, el de alguien que no ha leído un libro en su vida o el de una maruja empapada en el pensamiento de la Campos? ¿Cual?. A mi que no me equiparen con ninguno de ellos, porque ahí no hay igualdad. Todos iguales ante la ley, menos el Rey. Allá van leyes donde quieren reyes. Los políticos no hacen sino legitimar un sistema basado en el desprecio al trabajo productivo y la explotación de los recursos controlado por las grandes multinacionales. Eso cualquiera lo sabe, por tanto hay que acabar con la política que ha permitido que eso sea así.

Ellos lo negarán todo. Sean del lado que sean. La izquierda le echará la culpa a la derecha y la derecha a la izquierda en un juego de perros y gatos en el que todos salimos perdiendo. Mirad lo que hacen ahora los socialistas, como echan balones fuera ¡qué habilidad!. Ahora ZP dice que todos "han de arrimar el hombro" ¿ Me incluyes a mi?. Yo no meneo el culo compadre. Se ha liado gorda con el tema de la crisis, y ahora recurre a los ciudadanos pidiéndoles que consuman, que gasten lo que no tienen para salvar al país. Y la derecha solo es capaz de anunciar a bombo y platillo que ellos lo harían mejor y que el gobierno no vale para nada. Y en esa marejada están todos de morros.

En definitiva, ir para un lado o para otro poco importa. Seras un loro en una jaula repitiendo lo que te dicen. O propaganda o contrapropaganda o lo que sea. El otro día escuché a un confeso de derechas decir:"La izquierda siempre ha sido muy buena con la propaganda". Chico, aterriza. Baja de tu tonta nube y atrévete a pensar por ti mismo. No todo son churras o merinas. Además tal y como esta el patio menuda tontería preocuparse por estos temas. Puede dar juego como tema de conversación, para escribir cuatro chorradas en internet, pero no tanto como para que te vaya la vida en ello. Aprende Chino o Suahili, gasta tus energías en algo que te sea útil. Me aplico el cuento. Me voy a dedicar a otras tareas más productivas. ¿Dónde he puesto el tabaco?

viernes, 23 de enero de 2009

A SMACK IN THE MOUTH

A smack in the mouth, un sopapo, una galleta, una colleja, un coscorrón bien dado. Eso es lo que se merecen esos jerifaltes, representantes vivos de la idiotocracia que se dedican a hacer leyes como penar el hecho de que un padre de un bofetón a su hijo. Semejante necedad solo puede proceder de alguien con un claro trauma infantil, o con unas ansias de normar, controlar y gestionar de alguna manera gasto público fuera de lo común. De aquellos, los políticos, que se ocupan de crear más y más problemas para poder justificar su existencia. Necesidades creadas como la de que todo el mundo tenga un teléfono móvil o televisión digital. Para qué queremos más, tal y como está el gallinero.

Pues en esas andamos. Se que no está de actualidad, pero, coño, me acabo de acordar y cualquiera con dos dedos de frente se dará cuenta de que no es racional ni razonable. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a permitir que el Estado se inmiscuya en asuntos exclusivamente familiares? Eso es lo que hace la Iglesia. Dicta normas de comportamiento dentro del estamento familiar. Y ¿va a venir ahora el Estado, haciendo tanta gala de su laicismo como hace, a decir cómo se debe educar a un hijo? Ya lo dicen por ahí: "La izquierda es hija del catolicismo". Ahondando en este contrasentido conviene recordar la campaña publicitaria, boba donde las haya, que se han sacado de la manga. Pues claro que las manos están para proteger, acariciar y cuidar. Pero también para castigar cuando sea necesario. Desde luego a base de ostias no se puede educar, pero en ocasiones es necesario.

Venga, venir, pseudodemócratas y psicólogos de folletín y de 0 en matemáticas. Soltar vuestra martingala de progresista, cutre y rancia. "A un niño no se le puede educar en la violencia" Pues claro que no, inepto. " Lo mejor es no hacerle caso" ¿Obviando su comportamiento? Está más que claro que un niño necesita tanto libertad como disciplina para aprender a ser una persona. Un ser humano. No un asno que camina erguido. No entraré en aspectos pedagógicos. No soy ni profesor ni tengo hijos. Pero cuando me lo he ganado, mis padres me han dado unos sopapos, a los que yo respondía, primero llorando, luego entendiendo el porqué de todo y finalmente escojonado de risa. Y no tengo ningún trauma ni un carácter violento.

Esto es solo una pamplina más, producto de una sociedad enferma y profundamente idiotizada, a la que se le ha anulado por completo la capacidad crítica y de valorar las cosas. Que eso, que si lo otro o lo de más allá, a bueno, pues vale. Y así nos va. Pues a mi me importa bien poco. Ahí se den ellos de tortas y nunca mejor dicho. Pero para aquellos que legislan, aquellos jueces capaces de separar a una madre de su hijo por haberle dado una bofetada, aquellos capaces de denunciar, aquellos que se tragan todo tipo de propaganda, aquellos que lo ven normal, aquellos que piensan que este tipo de leyes se hacen por el bien común, más les valdría estar metidos en otras labores más productivas y beneficiosas para ellos y para sus vecinos más próximos. Por que el siguiente paso será instalar cámaras en nuestras casas, y al despertar un médico encorbatado nos pondrá un enema, luego un lavado de estómago, una jornada de trabajo de 12 horas en la picadora de carne y dormir en colchones de clavos porque mejora la circulación sanguínea. Sodomía para todos.

miércoles, 14 de enero de 2009

MESSAGE IN A BOTTLE OR HOW MY FRIEND LOST HIS MIND ONCE AGAIN

Apresurado, abro la puerta del hotel, de un salto me libro de los tres escalones de mármol granate y poso mis pies en el suelo del patio. Hurgo en mis bolsillos y saco un papel hecho un canuto, cayendo a la vez un reguero de colillas y envoltorios de caramelos. “Joder, como diablos ha llegado eso ahí”. Tampoco importa ahora. Encima de la mesa hay una botella vacía, introduzco el canuto en la botella y la tapo con un corcho de un Viñas del Vero, cosecha del 2004, que ni he catado porque yo soy más cervecero que vinatero. Salgo al jardín y tomo posición de lanzamiento, como si fuese a tirar una granada. Lanzo, y el tiempo se detiene. La imagen se congela. “Idiota, aquí no hay mar. Hay río pero está a tomar por culo. Solo hay tierra, camino, carretera, campo.” El crash de la botella al reventarse en el suelo del camino me saca de mi ensoñación. “Pues ahora si que estoy jodido. ¿Cómo demonios voy a enviar un mensaje sin contenedor? Sin contenedor el contenido no llega a ninguna parte. El papel volará por el aire, la humedad borrará la tinta, y las zarzas rasgarán por todas partes mi trocito de papel. Nadie entonces leerá mi mensaje. Nadie entonces vendrá al rescate”. Como soy un romántico quise enviar un mensaje al mundo dentro de una botella, con la esperanza de que alguien lo recibiese algún día. Tonto de mí. No me queda más remedio que bajar al camino, recoger los cristales rotos , desenrollar el canutillo de papel que enrollé anoche y con mimo y con paciencia transcribirlo aquí. Pena es. Lo se, porque se que solo lo leerán viejos amigos a los que estimo y aprecio, y a los que con este pelotilleo rancio me quiero meter en el bolsillo, vacío ya de colillas, para que lean el siguiente manifiesto:

“Panda de burros. Necios, haraganes, gandules, paletos, idiotas. Patanes, legión de comedores de mierda, tarugos, piltrafas, cazurros. Borregos, trozos de carne sin seso, garrulos, abollados, catetos, vagos. Deglutores de inmundicias, empanados, cicateros, rancios, cutres, carrilanos. Mentirosos, traidores, escurrebultos, desgraciados. Cabezas de chorlito, asnos, desheredados, pedazos de animal, atontados, apolillados. Pobres de la tierra, analfabetos, desarrapados. Ignorantes, petulantes, pisaverdes, descerebrados. Mentecatos, zapatilleros, moscardones, percebes. Ineptos, trastos inútiles, agarbanzados, melones. Toscas máquinas de hacer mierda, espectros que pasan por aquí sin darse cuenta de la hierba que pisan. A todos. A todos aquellos que silban en la parada del autobús. A todos los que prefieren ver el televisor antes que dormir y soñar, o follar o leer o simplemente no hacer nada. A todos aquellos cuyo esperma está caduco, víctima de las emisiones de cientos de miles de millones de ondas magnéticas o espaciales. A todos aquellos que buscan consuelo a sus miserias en las desgracias de los demás. A todos los que creen a pies juntillas que más vale malo conocido que bueno por conocer. A todos los que justifican de la manera que sea cualquier injusticia siempre en nombre de la justicia. A todos los que leyeron pero nunca apreciaron la soberbia estupidez de Dan Brown. A los que piensan que en realidad Tom Hanks no es retrasado mental. Los que creen a unos y no a otros no por lo que dicen sino en función de para quién trabajan. Aquellos que se confiesan ateos por que no tienen ganas de razonar una respuesta. A los agnósticos que ni puta idea tienen de lo que son. A los que creen, sea en lo que sea, por miedo y no por amor. A los que se creen superiores y a los que les azota el complejo de inferioridad. A los que construyen templos a la incomunicación y a la lobotomización en masa sin consultar con un buen médico. A los que gozan sobremanera con el ágora de canallas. A todos, recordad que el Diablo se sienta a la derecha del Padre, dispuestos ambos a empezar la carnicería de las carnicerías, a teñir de rojo el cielo. A que llueva sangre y vísceras. A desatar la cólera de las cóleras. Ellos esperan, no tienen prisa, y solo esperan a que entre nosotros les aligeremos tan titánica tarea.”

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