martes, 4 de agosto de 2009

NEVERMIND

Mundo moderno, sociedad de la información, desarrollo sostenible, nuevas tecnologías, derechos humanos, seguridad, primer mundo, democracia, libertad, España. Vivimos en la gran época del hombre. Las sociedades civilizadas y avanzadas han llegado a su estado natural de paroxismo extendido en el tiempo de forma infinita. Esto es, el clímax de nuestro avance social se mantiene fijo, inalterado, impasible ante las adversidades, las críticas y los golpes del enemigo sectario, del asesino de la libertad, del terrorismo, del extremismo, de los totalitarios que nos amenazan con soflamas de índole moral, que hablan de valores y no de moral laica, destilada de lo más progre, cutre y rancio del resentimiento de los bautizados, confirmados y nunca confesados. Orejas para qué os quiero.

Cierto es que tenemos libertad. Pero en estos tiempos, ya no locos sino rematadamente estúpidos, la libertad ya no es una cuestión ética. No se plantea en términos de qué es la libertad, de qué nos sirve y sobretodo qué es lo que hace al hombre verdaderamente libre. Nuestra libertad es elección. Eso se no explica de pequeños. Podemos elegir. Tenemos libertad de acción, libertad de elección, libertad de movimiento, y si alguno se aviene a pensar, libertad de pensamiento. No se engañen los creyentes en la democracia, ésta siempre ha existido. Otra cosa es la libertad de expresión. Cuando somos pequeños y nos explican la historia, nos hacen creer que es lo mismo (pensamiento y expresión) para magnificar el terror del pasado. Nadie puede callar esa voz, nadie. Pero, me voy por las ramas…

¿Qué estaba diciendo? Ah, si, la libertad. Mi libertad acaba donde empieza la tuya. Es una definición razonable, que debería fomentar la convivencia y el espíritu de vecindad. Pero cuando tu vecino es un hijo puta desconsiderado, uno deja de creer en eso. Vivimos en una tierra libre. ¿Libre? ¿Está acaso libre de la tiranía de los corruptos? ¿Libre de aquellos que a golpe de puchero, caldero, marmita y propaganda diseñada para el más memo del barrio se perpetúan en el poder? ¿Libre de los dictadores de las modas? ¿Libre de putas en televisión, canallas desgreñados, corruptores de menores de treinta? ¿Libre de publicidad en todas las esquinas? ¿Libre de parques temáticos, ideas tontas descafeinadas, cerveza Light (por el amor de dios en qué estamos pensando), libre de censura?

Así podríamos estar un buen rato. ¿De veras? Si. Es cierto que disfrutamos de una sana libertad. Puedo pasear por la calle, estar en el bar, sentarme en el parque, ir en bici, hablar de política, de la guerra, de literatura, verter opiniones fundadas o infundadas, construir teorías bizarras, gritar, montarla,…y la censura será solo la que mi pudor mi imponga. Es decir, dependerá de dónde y con quién me encuentre. Hay gente que se pone nerviosa según que cosas digas. La autocensura no morirá nunca camaradas. Sin embargo no dejo de pensar que nos quieren ahogar, con sus normas y más normas y más regulaciones para absolutamente todo lo que uno pueda llegar a imaginar y a veces incluso más. Sospecho que de aquí a unos años freír unos calamares en tu casa será un delito castigado con la cárcel. Tiempo al tiempo. La idea es irnos limitando, poco a poco. Esto es un proceso, porque la historia ha demostrado que los cambios bruscos y las revueltas llevan a ciertos sectores de la población a la disidencia.

Así llegamos a la nueva libertad; nuestra libertad. Somos tan solo libreconsumidores. Gente, personas, humanos incluso condenados a consumir. El cerco se va cerrando, y la prueba es que no se reforma el sistema educativo. A nadie le interesa. Primero porque eso no da votos en el corto plazo y segundo porque nuestro sistema libertario (de carcelario) no aceptará personas formadas. Gentes cultas y educadas con punto de vista propio. Con capacidad crítica y sobretodo con ganas de señalar los defectos no con el ánimo de insultar sino con la intención de corregirlos. No. En lugar de eso tenemos la tele, porno en Internet, fútbol, bares de copas, Harry Potter, legiones de universitarios que no saben hacer la o con un canuto y otros tantos, valerosos, criando malvas en algún culo de saco.

Premio al pelotero y arrastrado, al que pone el culo y nos pone a todos a su nivel. Podría cerrar con un “así nos va” y unos puntos suspensivos pero no. Podría ser también con un “ cada uno lo que se merece”, pero no. ¡Despierte! ¡Avive el seso dormido! ¡Sacuda el mantel de las migas de la estupidez! ¡Grite! ¡Cabalgue la verdadera libertad! ¡Salga del sueño, del suave letargo, de la duermevela de frío de cuchillo afilado! ¡Vuelva! ¡Vuelva España! ¡Vuelva la cordura, vuelva la razón! ¡Vuelva La Pepa, vuelva Don Miguel! ¡Vuelva! Vuelva tan solo un poco de sentido común, solo eso. ¡Camaradas, en pie! ¡Despertad, malditos, despertad!

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