martes, 18 de agosto de 2009

SAY BITCH DO

Sencillo jeroglífico. Di, puta, do. Me pregunto de dónde vendrá la palabrita de marras y si será cierto que, al igual que las putas, ganan dinero jodiendo. Desgraciadamente me temo que es así. Y lo peor no es que ganen más que suficiente durante el tiempo en el que ejercen su función. El problema es que, cuando dejan de ejercerla, ¡también siguen cobrando! Y pueden dedicar su tiempo a lo que les plazca, que suele ser en muchos casos vivir del cuento aprovechando la gran cantidad de amigos, contactos y gentuza variada que han conocido durante el tiempo en que han estado holgazaneando en fiestas y convites y engordando el culo en hemiciclos, conferencias y chiringuitos de playa, si la dicha es buena. Y no contentos con ello, encima son intocables por la ley. El sacrosanto Imperio de la Ley se lo pasan por el forro de los cojones. Perdón por la grosería. Pero no van por ahí los tiros. No son los tiros de farlopa que vuelan por los retretes. No. Van por donde Tejero: ¡a la cúpula del Congreso!

Me pregunto yo. ¿Qué lleva a un individuo a querer representar a los españoles? ¿A dar su vida y su tiempo en algo que parece tan tedioso y aburrido? Quiero pensar que hay gente con ilusión, que en un principio cree de verdad en la posibilidad de cambiar las cosas. Gente con ideales de justicia y de libertad. Personas dispuestas a dejarse el entrecejo para que nosotros, españolitos de a pié le joda a quien le joda, podamos vivir con la seguridad de que nuestros hijos tendrán una educación seria, acceso a servicios sanitarios como Dios (si, amigos, con mayúscula) manda y para nosotros, ay angelicos, una jubilación que nos permita jugar al ajedrez en el parque los días de sol sin preocuparnos porque la nevera esté vacía.

Pero claro, el alma humana es frágil y se corrompe con suma facilidad. Qué sencillo resulta doblegarse y humillarse. Así acaban todos ellos, y nosotros, legión de necios, se lo permitimos. Ellos van a lo que van. Un diputado debería sentirse pagado con tener la posibilidad de servir a su país. Que tenga un sueldo digno mientras tanto lo comprendo. Pero ya vale de prebendas. ¿Quién se creen que son? ¡Señores feudales! Basta ya de pamplinas. Cuando acaben de servir, que se pongan a trabajar como todo hijo de vecino. Por que no son más que eso, nuestros criados. La culpa es nuestra que les hemos elevado a lo más alto. Un saludable gobierno reformista que buscase el bien del país haría una limpieza en profundidad de todos aquellos que no hacen más que chupar de la borrega, mientras que nosotros le damos a la sopa boba que nos ofrecen.

Mi propuesta es que se acabe con tanta tontería. Lo primero es terminar con la militancia política, cuna de sectarismos y dogmatismos que a nada bueno conducen. Ningún diputado o senador debería de tener ideología política. Coño, para ponerse de acuerdo en cuántos médicos necesita un hospital no hay que ser rojo o azul. Tan solo hay que tener sentido común. Ese sentido tan poco común y que de nada vale si no lo tiene el vecino. Se necesitan cuestionarios de aptitudes y un análisis profundo de las motivaciones de cada individuo. ¿Viene usted a trabajar o sólo por la pasta? ¿Cómo puede ser que haya gentes sin estudios, sin formación, terroristas del lenguaje, sectarias a más no poder manejando asuntos que claramente les vienen grandes? La explicación se llama mamoneo político. Nos ofrecen una bolsa cerrada con los candidatos y ya está. Te guste o no te guste es lo que hay.

Votantes de base ¡despertad! Sois tan culpables del desastre como ellos. Con vuestra persistente insidia permitís que vivan como grandes señores. ¿Hasta dónde les vais a permitir llegar? ¿Cuándo echará el cierre esta fábrica del disparate? Con lo sencillo que es todo. Ellos están tranquilos en sus sillones de cuero porque saben como entreteneros y mantener vuestra mente ocupada. Son maestros del despiste, fabricantes de cortinas de humo. Culpables somos todos, que lo hemos permitido. Que esos hijos de puta dilapiden según su mejor parecer lo que es de todos. Pero insisto, tan culpable es el que roba como el que lo permite. Y esos sois vosotros, votantes de base incapaces de analizar la circunstancia y pendientes siempre de que no gane el enemigo. El uno por el otro, la casa sin barrer. País de burros.

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