viernes, 30 de octubre de 2009

A LESSON TO LEARN

No soy capaz de recordar la última vez que me deje embargar por esa dulce sensación que produce la ira cuando atraviesa el corazón y, como un mar embrutecido, sin atender a razones golpea a diestro y siniestro, patalea, se revuelca por el suelo, aúlla, no deja títere con cabeza, rompe la vieja vajilla heredada de la abuela, levanta su dedo corazón, se sube al tejado y les recuerda a todos sus semejantes que las madres que les trajeron al mundo tuvieron actitudes innobles en su juventud y por tanto su existencia no es más que un diminuto error en esta necia deriva que es la corrupta vida humana.

No, no lo recuerdo. Quizás estaba borracho o quizás fue de verdad hace tiempo. ¿Es hora entonces de volver a la carga? ¿La hora de la noche afilada? ¿De calzarme mis botas de caña y azotar los ojos de los caballos como decía Nekrasov? ¡Cabalgad! ¡Más deprisa! Esta noche no tiene final. No hay horizonte que nos ponga límite. ¡Tú, Azote, y tú también Chasquido! Mostrad la fuerza de vuestras patas y ¡cabalgad! Que sea la fuerza de vuestro poderoso corazón y de vuestra alma guerrera la que arrastre esta carroza por las profundidades cavernosas de esta noche. Ah, tan sólo el Diablo lo sabe. Pero el condenado es astuto. Astuto y sabio porque calla y no dice nada. Si esta noche tú, destino, nos llevas a su morada lo celebraremos con vino blanco y ostras, pues bien habrá merecido la pena el trayecto.

Abrid bien las orejas desgraciados, sacudid el polvo de vuestras ropas y con los ojos como platos contemplad por una vez. Cuántas veces habéis oído aquello de oídos necios. Se cuentan por centenas. De todos es sabido que la práctica de la política produce sordera, el acto de votar ceguera y la militancia activa invalidez. Pero si lo sabíais, ¿por qué entonces os dejasteis llevar por esa cosechadora de infamia que es el aparato político? Esa monstruosa creación salida de la mente del hombre. De esa máquina perversa que Dios, el destino o quién quiera que sea nos dio y para esto nos sirvió. Nunca tal idea saldría del alma de un hombre, porque los que lo idearon simplemente no tienen alma. Muchos son carne muerta, polvo, criadero de gusanos, y otros tan solo futuros sacos de pienso. Un alma es pura o no es alma. Es el corazón lo que se pudre y engendra los malos sentimientos como el orgullo, la soberbia, la prepotencia y la ira sin control. Se aturulla con razones que no entiende.

¿Cuándo aprenderéis criaturas? Mejor, ¿cuándo aprenderemos todos? Con lo sencillo que es y lo difícil que muchos se empeñan en hacerlo. No quiero adoctrinaros, maldita sea, pero es que esto está lleno de hijos de puta y gentes de mal, sin alma, sin oficio ni beneficio, sin cultura, sin paciencia, sin interés, con un ego tan inflado que nunca en una eternidad lo llenaría toda la materia del Universo, siendo por lo tanto foco constante de inseguridades, desgracias, penurias, depresiones y malestar que se contagia de unos a otros. Cada uno se convierte en un contenedor ambulante de normas, reglas y manías, que al juntarse y mezclarse unos y otros chocan una vez y otra vez. No hay que irse al Oriente, ya lo decía Camarón. Como el agua, como el río que fluye y acepta su lugar sin por ello renunciar a su esencia.

Yo también soy pecador, así que nos veremos todos en el infierno. Escuchad, me cago en la madre que les parió a todos. Necias necesidades de airear los intestinos falsos y corruptos. Vanas mentiras que buscan la caricia más falsa aún si cabe. Idiotas de librillo, wikisabios, relamidos, tunantes, recolectores de mininoticias que piensan que saben algo, profesores iletrados que tratan de ganar prosélitos, emisores de ondas psicotrónicas, estudiantes de estadística, bastardos en general, condenados a definitivo castigo de la indecencia. Y con todo esto ¿qué quiero decir? Muy sencillo. Dios nos da, Dios nos quita. Nos puso oídos, ojos y nariz. Pues eso. El que quiera que quiera y el que no…sálvese quién pueda o como ya decía Platón ¿para que me voy a mojar con la lluvia si nada voy a conseguir? Pues eso, que nunca aprendo.

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