lunes, 5 de abril de 2010

BETWEEN CORRECTION AND EXPRESSION

Ahora que terremotos, crímenes, corruptelas políticas financiadoras de eternas francachelas y decoradas con ribetes de pitorreo institucional y que se sigue esperando con ansia una respuesta del tribunal constitucional que por lo visto dentro de una semana faltará una semana para que anuncien a voz en cuello cuando van a tomar una decisión, ahora, me tomaré la libertad de transmitirles un artículo redactado por uno de nuestros camaradas y que es de la más candente actualidad, pasen, lean y juzguen ustedes mismos:

“ No sería nada novedoso decir que hoy en día los medios de comunicación, embebidos ellos del espíritu moderno del progreso y embadurnados con el brillante barniz de la corrección política, son capaces de encumbrar a cualquiera al Olimpo democrático para luego dejarlos caer sin piedad alguna por el despeñadero de la infamia y observar desde lo alto como sus huesos se quiebran y su cuerpo rueda como una pelota de goma hasta desaparecer en lo profundo del abismo para ser rescatado tan solo de forma ocasional por los abanderados del sensacionalismo barato. Efectivamente no sería aportar nada. Cualquiera de nosotros a poco que se esforzase sería capaz de recordar decenas y decenas de casos de este tipo.”

“Yo hoy, en concreto, me acuerdo de uno bien reciente aunque sepultado ya por multitud de necios titulares y absurdas columnas de opinión de aquellos a los que les pagan por tener un punto de vista único y personal y que por ello se ven obligados a escribir numerosos disparates. Este caso es el del doctor Neira. Recuerdo bien como mientras este señor estaba en coma en el hospital, su mujer, Bibiana y compañía se ponían las botas de la indecencia para cabalgar el asno de la corrección política. Todos cantando a coro le declararon héroe de la Democracia, defensor de la mujer, encarnación viva (más bien sedada) de los más selectos principios democráticos, ejemplo a seguir, caballero andante, desfacedor de entuertos, desagraviador de agravios, luchador incansable, Héroe de la Unión de Repúblicas Hispánicas, y aleccionador de las Carmelitas Descalzas en lo que a cuestiones de solidaridad se refiere.”

“Con gran expectación se vivió el momento de la resurrección del héroe. Los periodistas con mayor olfato tuvieron que hacer noche en la puerta del hospital sobreviviendo a base bocatas de jamón y café de máquina. Los fotógrafos limpiaban sus objetivos esperando capturar un buen plano del héroe. Los grandes periódicos y las más prestigiosas revistas del cotorreo se jugaban a los chinos quién de ellos tendría el honor de ofrecer en exclusiva las primeras declaraciones del doctor. El día soñado llegó, acompañado de la habitual avalancha de reportajes, entrevistas, opiniones, loas, salves, remangamiento de mangas de chaleco, genuflexión mediática y demás pompa casi fúnebre, que a mí más me recordaba al nacimiento de alguno de los nietos del Rey.”

“Naturalmente los días pasaron y nuevas noticias copaban las portadas. A todo esto nadie decía que el supuesto agresor defendido por su supuesta víctima había estado todo este tiempo en la cárcel sin derecho alguno a réplica, satanizado y demonizado por los mismos valores que encumbraban a otro. Pero los días fueron pasando y se vio que Neira no cojeaba a causa de la agresión sufrida. No, cojeaba de su pié derecho y además estaba orgulloso de ello. Habría pagado hasta 10 euros por ver la cara de Bibiana al leer la última intervención del ilustre doctor. Lo cachondo de todo esto es que al buen doctor lo han dejado caer por el barranco de la infamia rumbo al olvido los garantes de la libertad y de la democracia, cuando este señor, más allá de lo acertado de su postura política, simplemente a hecho uso de la plataforma en que le pusieron para expresar su opinión, la cual sonaba a herejía en el entorno bien pensante y por ello es mejor fumigarlo y ponerle el sambenito de fascista y antidemócrata. Donde dije digo digo Diego y si te he visto no me acuerdo. Habría que enseñarles aquello de Santa Rita, Rita,…”

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