jueves, 21 de agosto de 2008

FOLLOW THE LINE

Recuerdo tiempos en los que las tiendas no abrían los fines de semana. Tiempos en los que la gente salía a la calle a pasear o a tomarse unas cervezas en el bar. Ahora se nos ha impuesto la necesidad de ir a comprar como nueva alternativa de ocio. Que ironía cuando se nos impone una alternativa. Y es que es cierto que es impuesta, porque la mayoría de la gente es incapaz de resistir la presión a las que se nos somete. Pero es normal. En un país donde solo se va a la calle en masa cuando España gana la Eurocopa, ya está todo dicho. Está claro que no hay izquierdas, solo algunos de derechas. El resto son todos bobochorras, y yo incluído, que demonios. Para que negarlo. Si aquí nadie menea el culo no voy a ser yo el primero.

Se nos ha impuesto la velocidad en nuestras vidas. Se nos han impuesto los bares de copas, y la música a volumen suficiente para que nadie escuche las ideas de los demás. Memo, escucha el ritmo de moda y no se te ocurra pensar diferente. De lo contrario te echarán por la puerta de atrás y se harán un bonito cenicero con tu sesera. No deja de sorprenderme la cara que pone la gente cuando digo que no salgo por ahí. Como mucho al bar de la esquina. No hay nada ahí fuera para mi. Prefiero chupar un peine a que me frían el cerebro. Todos atrapados. Dejándose los cuartos en los bares. Eso es, que no os quiten vuestra marcha. Pagar 20 euros la entrada, a 10 el cubata y sabe dios a cuanto las pirulas y farlopa. Volver a casa bien cansados y resacosos y vuelta a la rutina con el deber bien cumplido. Yo, prefiero pimplar en mi casa, con mis amigos. Aunque los chinos y los chupapeines son siempre lugares de una sordidez tan cándida e ingenua que no puedo evitar sentirme atraído.

Sigue la línea y no te salgas de ella, o empiezan las miradas y los cuchicheos a tus espaldas. No rechaces cenas de trabajo o eres un antisocial. Rie los chistes chorras y las anécdotas ridículas. Miente y deja que te mientan. Consume, paga y compra. Tuercas y molinetes. Si te sales, ellos ya no te "ajuntan". Piensan que te crees un tipo supercool. De lo más guay y revirado. Cuando en realidad es lo contrario. Solo soy un tipo vulgar con aspiraciones vulgares. Ni más ni menos. Pero no me necesito compromisos sociales que ni van ni vienen. Hablar por hablar. Ni idea si fue Joe Pescy quién lo dijo, pero siempre, siempre, mejor solo que mal acompañado.

Si, es lo de siempre. Más caquita para la máquina. Más autoplagio y ninguna salida ni alternativa. Pero ni la veo ni quiero verla porque sino, ¿qué cojones iba a escribir yo aquí? Es posible que la jardinería sea algo apasionante, o el bricolage algo saludable para el cerebro, pero no estoy por la labor. Solo quiero pensar que hay un nuevo frito en el horizonte, más allá de la galaxia de la gamba, el cubo del infortunio y un bote de fritolimpio en la cabeza de Pablo.


CHÚPATE ESA, REVIRADO.

2 comentarios:

Pedro Estrada dijo...

"Prefiero chupar un peine a que me frían el cerebro". Joder, me ha encantado esa frase.
No les consientas nada a esos cerdos, you know...

Anónimo dijo...

Un embudo en la cabeza
y otro en la boca.
Gastar el sueldo en discotecas
es cosa de idiotas. (Léase todo seguido. Como un poema.)

Extracto de "La ley del embudo"


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