miércoles, 15 de octubre de 2008

THE WAY WE WALK

Los días de fiesta ya se fueron. Como todo en esta vida. Se quedaron atras y ya nunca volverán. Volveran otros, pero no los mismos. Ya nada será igual. Y ¿qué hemos conseguido?. Nada de nada. Toneladas de basura en las calles. Eso es todo. Tal cantidad, que haría sonrojar incluso al alcalde de Bombay. Dudo mucho que estos festejos sean enviromentaly friendly. Seguro, eso si, que alguien ha hecho su agosto aquí. Quizas no los vendedores ambulantes de cerveza. Esos no. La gente desconfía de ellos porque piensan que les van a timar. Eso si, si lo que vendes son drogas ten por seguro que te las quitarán de las manos. Pues todo el mundo sabe que no hay mejor material que el que te pueda suministrar un extraño. Con eso seguro que no te timan. Habría que ser medio idiota para no saber que en esos niveles del inframundo humano existe un código ético en el que prima el buenrrollismo más tontuno, incrédulo, nefasto y aborregante.


Ahora hay que pensar que, por fortuna, los banqueros de todo el planeta se estan forrando de lo lindo con subvenciones, apoyos y rescates en alta mar de índole financiera. ¡Suerte que tenemos!, porque si no (hay que joderse) todo se va al carajo. Y si no, válgame dios, quién nos va a subvencionar las fiestas de navidad donde el gasto lo es todo. ¿Eh, quién?. Menos mal que hay gente que está en todo para que no nos devore el marasmo occidental. El derrochismo cultural y la estupidez supina. Y si, no tengo ni idea de lo que digo. Dios se apiade de sus almas bondadosas, pues ellos solo piensan en el bien común.

Si, son tiempos duros. Algo habrá que hacer para mantener la mente atareada y supongo que importar las fiestas de Halloween para el entreacto (o Helloween, no se) es una buena idea. Es bueno sobretodo porque una tradición que nada tiene que ver con nuestra cultura se la metemos en la cabecita de pobres niños cuyo único pecado ha sido nacer y nos aseguramos de que ellos cuando sean ya mayorcitos y esten rebosantes de pecados y de maldad inconspicua se la metan a su vez en las inocentes cabezas de sus primogénitos para perpetuar un nuevo atentado cultural. Y, sobretodo, para perpetuar por siempre jamás los ingresos de altos ejecutivos y demás bastardos de los que nunca o casi nunca se oye hablar y son los principales culpables y a los que yo desde aquí señalo con mi dedo acusador. Tan válido como el dedo de cualquier otro necio.

Así vamos de vaivén en vaivén, de distracción en distracción, de susto en susto y de festejo en festejo. Todo ha de ser rápido, como cuando se mata a un pobre conejo para posteriormente diseccionarlo delante de una clase de futuros retardados mentales. No se puede dejar demasiado tiempo para la reflexión o para la tranquilidad del espíritu o el frágil equilibrio en el que nos sustentamos se podría romper. Y el hecho de que cuando acaba una campaña electoral se de un día "de reflexión" (perdón, jornada la llaman, como si esos bastardos se hubieran ganado alguna vez el "jornal") previo al día de elecciones me da la razón. Porque si la gente se pusiese a reflexionar con tiempo y en profundidad la cantidad de mentiras, viles, ocultas, siniestras, interesadas, que salen por esas boquitas lo que debería de ocurrir es una rebelión en toda regla.

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