SECTARISM II: COPYRIGHT, COPYLEFT, COPYGOOD, COPYBAD

Sentémonos un segundo a reflexionar. Aceptemos los diferentes puntos de vista y seamos sensatos. No tergiversemos y sobretodo no seamos hipócritas ni mentirosos. Los derechos de autor. Primero diré que no los niego. Tampoco niego que alguien que haya parido una idea no tenga derecho a rentabilizarla. Pero no nos convirtamos en nazis, o en comunistas o en los EEUU. Señor Loquillo, señor Bardem, señor Urrutia, señor Búnbury, señor Bustamante. Ustedes si quieren tienen derecho a cobrar por sus royalities, y de hecho, lo hacen. Pero la gente también tiene derecho a compartir sus discos. O ¿me van a decir que de críos no se hacían copias de las casetes de sus grupos favoritos?. No sean mentirosetes.

Pues lo que ocurre ahora es lo mismo, solo que a una escala mayor fruto de la sociedad moderna y globalizada en la que vivimos. Igual que un idiota tiene 400 amigos en Facebook, que es a más de un cumpleaños a felicitar al día, otro idiota puede compartir sus discos con otro idiota a miles de kilómetros. El problema es que en la clase de mundo en que vivimos, mundo que ustedes artistillas con sus ansias de dinero y fama han contribuido a crear (Britney, Beyonce, Alejandrito, Suckira,...), la gente quiere más y más y más. Y si se puede acceder a esos contenidos de forma gratuita, pues mejor. Esto nos lleva a comportamientos compulsivos e idióticos como este: "Ostia colega, has oído Stevie Ray Vaughan, mola un puñao." A la semana siguiente: "Guau tío, como mola este Stevie, me he bajado toda la discografía". Idiota, mal hecho, porque con el Texas Flood ya te vale, no necesitas más. Esta conversación, amigos míos, es verídica. La gente se baja música y películas a destajo, sin saber, sin escuchar, sin aprender. Porque la gente, es idiota.

Así que tenemos de un lado a unos que lo quieren todo gratis. Todo lo que oyen por las radios y que en general no es más que basura. Corrijo. Es basura. Les lavan la cabeza y luego quieren que les compren un disco a 18 euros. Y se quejan. Y sin embargo siguen ganando dinero. Pero no contentos con ello y cegados por su codicia atacan a los más débiles denunciando, amenazando, atosigando. Hasta quieren denegar el acceso a la gente a internet. Están locos. Fascistas es lo que son. La KGB la CIA. Eso son.

Antes la cultura la pagaban los ricos, que tenían tiempo y dinero para gastar. Y ahora la pagan las clases medias, ignorantes de que la mayoría de los contenidos son una mierda. Así, los artistas, actores y chupasangres se han acostumbrado a un tren de vida al que no quieren renunciar. Quieren mansiones, caviar, champán frances, putas de lujo, cocaína. Que se jodan y que trabajen. Que se lo ganen. Que no miren para a un lado y se quejen de la existencia de un monstruo que ellos han contribuido a crear. Ryan Adams decía en una entrevista: " Mi trabajo es bien fácil. Cada día me siento y trato de escribir una o dos canciones. Luego hago un disco y me voy de gira." Esa es una actitud sería y respetuosa con el arte. No una pataleta de niño al que ya nadie hace caso.

La cultura no es un negocio ni es una industria, por mucho que se empeñe el ministro de Cultura. Y la música y el arte no va a desaparecer nunca, por mucho que se empeñe la SGAE. ¿Porqué? Porque siempre va a haber almas inquietas deseosas de crear, de innovar. Y el mundo de hoy lo permite. Cualquier idiota puede tener un estudio casero por menos de 500 euros, grabar canciones y colgarlas en la web. Y la gente lo hace, solo para que les escuchen, no por dinero. Cualquiera puede publicar, e incluso vender sus libros y poemas en la web. Basta de engaños. El arte no va a desaparecer. Lo que tiene que desaparecer es el modelo de consumo y los que quieran ser profesionales que no pidan botellas de agua mineral francesa a 100 euros el litro, depilación laser, juegos de toallas nuevos, tapas de retrete de usar una vez y tirar y mierdas así porque eso es un derroche absurdo y nada tiene que ver con la creación. Artistas mileuristas, músicos pobres y música rica.